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El Señor de los Milagros

[...] Unos vendedores itinerantes, que se dirigían hacia el Valle de Aburrá, ofrecieron la única imagen de Cristo Crucificado que les quedaba. [...]

El Señor de los Milagros

[...] Unos vendedores itinerantes, que se dirigían hacia el Valle de Aburrá, ofrecieron la única imagen de Cristo Crucificado que les quedaba. [...]

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Historia de El Señor de los Milagros

Esta Parroquia nació a la vida eclesiástica el 16 de enero de 1758 y fue encomendada al patrocinio de San Pedro, Príncipe de los Apóstoles. Dieciseis (16) años más tarde, probabablemente el 17 de junio de 1774, se verifica el Milagro de la llegada de la Sagrada Imagen de El Señor de los Milagros.

Unos vendedores itinerantes, que se dirigían hacia el Valle de Aburrá, ofrecieron la única imagen de Cristo Crucificado que les quedaba. La imagen fue expuesta en el pequeño templo parroquial. La noticia corrió y mucha gente se acercó a conocer el Crucifijo. Pidieron 300 reales por ella, pero sólo les ofrecieron 200. Al no llegar a un acuerdo, los viajeros empacaron su Cristo en una caja de madera y continuaron su camino por la vía que conducía hacia Copacabana, antiguamente llamado La Tasajera.

En el sitio llamado “Tierra Negra”, el carguero de la Imagen comenzó a sentir que su peso aumentaba sin motivo alguno y muy pronto se vio obligado a orillarse y descansar, pues no podía con ella. Ayudado por su compañero, trató de levantarla varias veces, pero fue imposible. Algunas personas que pasaban por allí trataron de ayudarles, y también fue inútil. Pasado un tiempo se dieron por rendidos y decidieron volver a San Pedro. Una vez emprendieron el camino de regreso, el peso de la imagen volvió a su estado inicial.

De esta manera, el Cristo retornó a la comunidad y fue expuesto nuevamente para su veneración. Entre las personas crecía la admiración y, al no hallar explicación de lo sucedido, tomaron lo ocurrido como un milagro: el Crucificado manifestaba con esto su voluntad de quedarse en San Pedro.

Inmediatamente, comienza una serie de manifestaciones celestiales por medio de la venerable imagen del Santo Cristo, “hacedor de mil maravillas; sanador de ciegos, mancos y tullidos”. Esto lleva a los habitantes de entonces a bautizarlo con el nombre del “Señor del Milagro”. Años más tarde, gracias a las numerosas bendiciones que prodigaba a sus devotos, comenzaron a llamarlo: “El Señor de los Milagros”.

El 14 de septiembre de 1974, día litúrgico de la Exaltación de la Santa Cruz, en el paraje “Tierra Negra” se erigió un monumento para conmemorar los doscientos años del acontecimiento y allí quedaron plasmadas estas palabras: En este paraje llamado “tierra negra” donde, hacia la segunda mitad del siglo XVIII, se verificó el milagro del Santo Crucifijo que rehusó marcharse de San Pedro. “Gracias Señor, porque os quedasteis con nosotros”.

La cruz original, en la que llegó la Sagrada Imagen, se conserva en el Museo de Arte Religioso de la Parroquia.

La cruz nueva, en la que actualmente se encuentra El Señor de los Milagros, tiene 1,05 metros. Ésta, con su peana, fue elaborada en Rionegro por los orfebres Agapito, Carlos y Rafael Jaramillo, en el año 1896.

El fervor por la Sagrada Imagen de El Señor de los Milagros hizo que se decretara el 3 de mayo, día en el que la Sagrada Liturgia celebraba la fiesta de la Santa Cruz, como Fiesta en honor de El Señor de los Milagros. Esta tradición comenzó el 12 de abril en 1837, por orden de Monseñor Juan de la Cruz Gómez Plata.

El 14 de septiembre en el paraje “Tierra Negra”, día de la Exaltación de la Santa Cruz, se venera el misterio de la redención en la imagen de El Señor de los Milagros.

Desde el año 2017: el día 3 de cada mes se rinde un homenaje a El Señor de los Milagros y el 17 de junio se celebra su cumpleaños.

Sus devotos, el sábado más cercano a la Solemnidad de San José (marzo), le ofrecen lo mejor de su ganado y sus bienes, en una fiesta popular denominada “El altar de las ofrendas de El Señor de los Milagros”, conocido en otros lugares como el altar de San Isidro.

Son frecuentes las peregrinaciones y romerías con El Señor de los Milagros. Devotos de distintas partes del mundo llegan hasta la Basílica o lo acompañan en su visita a los sectores urbanos y rurales de San Pedro de los Milagros y de otros municipios de la región, donde su devoción se ha fortalecido.

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