El Coronavirus (Covid-19) cambió las formas tradicionales de hacer pastoral y acompañamiento espiritual.
A los Templos Parroquiales no llegan los feligreses. La pandemia los ha encerrado en sus casas y apartamentos.
Sus hogares son los nuevos Templos, en los que las expresiones de fe siguen vivas y la vida espiritual se fortalece y comparte en familia.
Debemos interpretar los nuevos signos de los tiempos.